JUDITH TORREA (Premio Ortega y Gasset de Periodismo Digital)
La foto es de Ipes Área Internacional y Aula DDHH en Flickr
Por: CCS/CanalSolidario.org
Unos se sienten amenazados, otros han sido tocados por el brazo de la corrupción y muchos han muerto a balazos, pero Judith Torrea, periodista ganadora del Premio Ortega y Gasset de Periodismo digital, no ceja en su empeño de narrar el día a día del ‘Juarez en la sombra’.
“Hace 12 años Ciudad Juárez se convirtió en la culpable de que me enamorara profundamente de México. Hoy, mi corazón mexicano nacido en España, se resiste a dos palabras muy mexicanas. Se resiste a ‘ni modo‘”, escribe en su blog Judith Torrea, Premio Ortega y Gasset de Periodismo digital.
“Yo he elegido vivir en Ciudad Juárez. No tengo miedo pero el peligro existe. Para eso soy periodista, para contar historias que nadie cuenta. El peligro es estar vivo en una ciudad fantasma, sin ley, con incendios por no plegarse a la extorsión, edificios desiertos y miles de niños pandilleros, abandonados a su suerte por las autoridades, que son carne de cañón de los carteles de la droga”, cuenta Judith Torrea.
Ha sido galardonada en los Premios Ortega y Gasset de Periodismo digital, instituidos hace 27 años por su entereza, su valor y su forma de contar. Hacen que uno se sienta orgulloso de pertenecer a esta “bandada de hermanos” que luchan desde los medios por un mundo más justo y solidario. Su testimonio conmueve y estimula convencidos de que nuestro silencio, ante los crímenes y la explotación de seres humanos, nos convertiría en cómplices del sistema.
Nació en Navarra, pero siente que su corazón es mexicano desde que cruzó el puente de Santa Fe y se asentó en la fronteriza Ciudad Juárez hace seis meses, después de cubrier durante nueve años la zona para diversos medios. Trabaja como reportera freelance en México y Estados Unidos, donde emigró hace 12 años y donde se ha especializado en temas como el crimen organizado y la inmigración.
Ciudad Juárez es una ciudad de las más peligrosas del mundo y en la que más de 5.000 personas han sido asesinadas en los últimos dos años, 800 en lo que va de año. Cada día se produce una media de 6 asesinatos.
Judith, incapaz de encontrar suficientes medios para denunciar la vida a través de la pobreza, se propuso devolver la voz a quienes se la arrebatan cada día. Por eso, desde su blog Juarez en la sombra da cuenta de los crímenes de las mafias de las drogas, historias que no siempre llegan a las páginas de los medios tradicionales. Su lucha es para que “la gente reflexione y piense por qué México pone los muertos y Estados Unidos consume la droga”.
No duda en denunciar a las autoridades del Estado por la corrupción de funcionarios y la situación de los periodistas locales que no aciertan a contar lo que pasa: “unos se sienten amenazados, otros han sido tocados por el brazo de la corrupción y muchos han muerto a balazos”.
“Muchas de mis fuentes terminan en ataúdes”, dice con dolorida firmeza. El retrato de aquella atmósfera en la que ella vive es su pasión profesional, y humana, y por hacerlo ha ganado este premio de periodismo, escribe Juan Cruz. Ella lo desmiente con el resplandor de una vocación que va en sus ojos, y en sus lágrimas, como un torrente de afecto por la vida. “Que haya más como ella sería una bendición para este trabajo en el que a veces la sombra es la luz y viceversa”.
El jurado del Premio valoró “el completo tratamiento de uno de los dramas más graves y brutales de nuestro tiempo”. Para Judith Torrea el reconocimiento significa “dar voz a la voz arrebatada” a esa ciudad fronteriza.
Judith Torrea, le dedicó el premio “a las mujeres desaparecidas, a toda la gente que sobrevive cada día en Ciudad Juárez sin saber si va a vivir un minuto más, en una ciudad militarizada, donde el peligro está en estar vivo”.
“Mi blog salió de la necesidad de contar estas injusticias sin tener un lugar para contarlas, pero luego descubrí un mundo maravilloso porque en mi blog me expreso de una manera diferente que es más cercana, más en primera persona, tengo un diálogo bien interesante con mis lectores y descubrí un mundo que nunca pensé descubrir”.
Su despedida, en una entrevista en Radio Nacional, fue un chorro de aire fresco pues decía que no entendía la tristeza de las gentes por esta parte del mundo frente a la alegría y esperanza de los mexicanos. ¿De qué nos quejamos?, decía. ¡Si aquí vas por la calle tranquilamente y no te matan!
Artículo de José Carlos García Fajardo, profesor emérito de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), director del Centro de Colaboraciones Solidarias
0 comentarios