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El Saloncito de Ross

MENORES DELINCUENTES

MENORES DELINCUENTES

Fuente: Canal Solidario
Autora: Teresa Mora/Redacción
Fecha:  21.8.009


Desde la Fundación Pioneros comentan que ofrecen a los menores, muchos de ellos con una sentencia judicial, “una segunda oportunidad... y una tercera..., y las que sean necesarias”. Sin embargo, lo que hacen en realidad es darle la primera, que nunca han tenido: estos chicos y chicas proceden de hogares conflictivos y viven o han vivido “maltrato y/o abusos, retraso y/o fracaso escolar, precariedad económica y de vivienda y nutrición deficitaria”. Con el apoyo de la entidad, aprenden un trabajo, invierten su tendencia al fracaso escolar, mejoran sus habilidades sociales o se incluyen socialmente en el caso de que hayan cometido un delito.

Javier Navarro, gerente de la fundación, asegura que desde que Pioneros nació en 1968 en La Rioja uno de sus principales principios sigue siendo "ponerse del lado del niño y tratarlos como víctimas, no como delincuentes”. No por eso dejan de responsabilizar de su acto al joven, explica, pero amplían su visión hacia la sociedad, quien “también debe asumir su responsabilidad”. “¿Por qué ese niño que debería estar disfrutando de su infancia está cometiendo delitos?”, se pregunta. “Se suele ver el resultado de sus actos, ¿pero y la génesis?”, añade. En ese sentido, lamenta la acción política que se sigue con los niños y niñas, “más encaminada a castigar que a prevenir”, cuando, según Belén Maiso, directora del programa de Medidas Alternativas al Internamiento de Menores en Conflicto Social, “hay casos que se ven venir desde el principio”.

Ese es uno de los motivos, según Navarro, de que la Fundación siga en marcha desde hace más de 40 años; aún sigue siendo necesaria “una puesta al día de la intervención educativa”. Una nueva enseñanza donde, entre otros pilares, tenga una gran importancia la familia, con quien los niños pasan la mayor parte del tiempo. “Son fuente muy importante de la solución”, explica Navarro. Sin embargo, cree que no tiene todo el papel que merece y aporta un ejemplo: “si un padre dejase el trabajo durante unas horas para ir a una escuela de padres, nadie lo entendería; parecería innecesario". "Sin embargo no lo es”, añade.

Por medio del Programa de Prevención Socioeducativo y Laboral, Pioneros intenta “desarrollar en los niños, niñas y jóvenes su sentido de la responsabilidad, solidaridad y convivencia”, para evitar el fracaso escolar y el laboral.

Además, con la venta de los productos elaborados por los alumnos en los talleres de aprendizaje de un oficio, la entidad consigue una fuente adicional de ingresos y, según cuentan, una mayor “motivación" de los jóvenes que cuando no trabajan sobre encargos reales.

Parte de los jóvenes que llegan a la fundación lo hacen con una medida judicial, después de haber cometido un delito. Entonces se les incluye en el Programa de Medidas Alternativas al Internamiento de Menores, donde reciben un tratamiento individualizado con mediadores y psicólogos. El primer paso a su llegada al centro es una entrevista personal, mediante la cual el educador determina la mejor forma de influir en el menor para facilitar cambios en su conducta.

A partir de ahí, según Maiso, el principal objetivo de la ONG es “devolver la responsabilidad de su vida al joven, confiando en sus posibilidades a la vez que enfrentándoles a las consecuencias de sus actos”. Así, si los jóvenes son responsables de actos como robos, lesiones o pintadas revierten su acción con servicios a la comunidad o reparación a la víctima.

Si bien Maiso no conoce los datos de reincidencia de los jóvenes que trata, sino sólo una “percepción subjetiva”, no duda en reconocer que el centro “supone un punto de inflexión en el proceso personal de desorientación y pérdida personal de los jóvenes.

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