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El Saloncito de Ross

VOCABULARIO DE LOS ANTIGUOS HABITANTES DE GRAN CANARIA - II -

VOCABULARIO DE LOS ANTIGUOS HABITANTES DE GRAN CANARIA - II -

AYUTAFA: Faja para sujetar el pelo que se pasaban por la frente y amarraban por detrás. Los hombres la usaban de cuero y las mujeres de tejido vegetal, junco o palmito. Las adornaban con conchas, corales o cualquier otro objeto que les gustara. El Museo Canario de Las Palmas posee una de estas ayutafa muy adornada con conchas de lapa, y que parece una diadema. Los hombres las gastarían solamente en ceremonias, cuando tenían que cortarse el pelo por debajo de las orejas, pues conmúnmente lo gastaban en cola de caballo. Las mujeres se hacían muchas trenzas, luciéndolo suelto en las solemnidades religiosas, aunque también lucían una especie de bonetes adornados con plumas, generalmente teñidas. Todo esto entre los nobles, pues los siervos no podían usar pelo largo.

BEÑESMEN: Eran unas fiestas que duraban nueve días, un tercio de lunación, mitad litúrgicas, mitad cívico comunales, y que agrupaban a toda la isla, pues durante esos nueve días no se trabajaba sino en las faenas más perentorias. Unas olimpiadas isleñas, celebradas para dar gracias a la divinidad por la cosecha y la prosperidad de la isla en aquel año. Tenían comienzo en el solsticio de verano, vernal, trópico de cáncer, 21 ó 22 de junio, que era el primer día del año grancanario, Ancao. Los tres primeros días se dedicaban a las divinidades. El Guanarteme renovaba su alianza con el Sol, habitáculo de la Divinidad, en la Cueva Pintada de Gáldar, y tras él las grandes sacerdotisas y todo género de gente ligada al Dios, después, en el mismo Templo del Sol (Cueva Pintada), custodiado por los guirnif, o sacerdotes guerreros, la guatidámana, en presencia de las otras atidámanas, nombraba serfacaeras, hanekines y afenines. El guadarteme, en la plaza pública, en presencia de todos, proclamaba los nuevos nobles. Los segundos tres días se dedicaban a los juegos de fuerza y destreza, luchas combates de palo largo, carreras, saltos, levantamiento de pesos, clavar troncos de árboles en lo alto de las montañas y competiciones de natación. Todo vigilado por los gaires y sacerdotes encargados de la salud de los atletas. Los tres últimos eran de belingo: música, bailes y otras duversiones, incluído el amor.
Poe esta causa y por el conocimiento extenso que en Castilla se tenía de las costumbres grancanarias, gracias a los esclavos capturados, es por lo que se organizó la conquista para un 24 de junio. Entretenidos con sus fiestas, no se dieron cuenta los guanches del arribo a la isla de las naves europeas hasta que no llegaron los mensajeros con la noticia. Mientras organizaban el regreso y el ataque perdieron varios días, los que aprovechó el general español para fortificarse y organizar la defensa, y, con ella, la permanencia.

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