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El Saloncito de Ross

CON MI DINERO NO VAS A COMPAR ARMAS

CON MI DINERO NO VAS A COMPAR ARMAS

La foto es de emdot en Flick
Fuente: CanalSolidario.org

Transformar el mundo y cambiar las reglas del juego desde dentro es posible. La banca ética aúna dos conceptos que tradicionalmente han sido opuestos: “las finanzas” y “la ética”.

“No podemos permitir que con el dinero de la sociedad civil se compren armas o se construyan bombas”. Así de contundente se muestra Joan Melé, subdirector general de Triodos Bank en España. Una banca alternativa, según se definen, que aspira a transformar el mundo a través de la economía. Pretenden un mundo justo, con valores humanos que primen por encima de los intereses económicos.

El criterio que utilizan para conceder préstamos a sus clientes va más allá del simple beneficio económico: sólo presta dinero a empresas socialmente responsables y que aporten un valor añadido de carácter social, cultural o medioambiental a la sociedad. Además, posteriormente, realizan un seguimiento a la empresa para asegurarse de que se hace un buen uso del dinero. “Nosotros sí que valoramos qué va a hacer la empresa con ese dinero, esa es nuestra misión”, afirma Melé.

Lograr otro mundo es un trabajo de todos y para ello es necesario un cambio en la manera de entender la economía. Pero debemos empezar por acciones individuales, tomando conciencia de nuestra responsabilidad para cambiar las reglas del juego. Y esta apuesta individual empieza por defender una afirmación rotunda: “con mi dinero no lo vas a hacer”.

Cambiar el mundo en términos de economía es posible porque, aunque las entidades bancarias puedan seguir financiando empresas de armamento, existe una alternativa: la banca ética. Los ciudadanos sí pueden decidir qué uso se hace de su dinero y escoger dónde quieren depositarlo.
Triodos Bank cuenta con 242 mil clientes en Europa y mueve un capital de casi 5.000 millones de euros. En España, en 2009, dobló el número de clientes, entre los que este año se suma Intervida, con un objetivo común: lograr un desarrollo sostenible y una economía real no especulativa.

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