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Los jóvenes hondureños plantan cara a la violencia practicando la ‘cultura de paz’

Los jóvenes hondureños plantan cara a la violencia practicando la ‘cultura de paz’
Por: Fund. del Valle


Frente al repunte de los índices de la violencia en Honduras, los jóvenes de la Mancomunidad PUCA fortalecen la cohesión social y la convivencia defendiendo su derecho a la cultura y la educación inclusiva. Música, arte y ocio saludable para dar la espalda a la violencia y la cultura del miedo

En Honduras, los índices de violencia han alcanzado en los últimos años niveles nunca antes registrados, algo que supone una importante barrera para el desarrollo social y económico hondureño. Según un reciente informe del Observatorio de Derechos de los Niños, Niñas y Jóvenes en Honduras, tan solo en 2012 se registraron 911 casos de ejecuciones arbitrarias y muertes violentas de menores de 23 años de edad, llegando a un promedio de 75,92 cada mes.
Frente a esta ‘cultura del miedo’ que dificulta el desarrollo integral de los más jóvenes, CEPROD y Fundación del Valle promovieron en 2011 la ‘cultura de paz’ de la mano de un proyecto, financiado por la AECID, dirigido a facilitar el acceso a una educación inclusiva y fortalecer la cohesión social mediante la defensa del derecho a la cultura en cuatro centros escolares de tres municipios de la Mancomunidad PUCA, norte de Lempira: Matasanos (Talgua), Río Blanco (La Iguala) y el casco urbano de San Rafael.
Dentro del componente educativo del proyecto, se han mejorado las infraestructuras de los centros escolares con la instalación de red eléctrica, la construcción de módulos sanitarios, cocinas y espacios adecuados para el aprendizaje. Asimismo, se han fortalecido las capacidades locales fomentando la participación comunitaria en la gestión y el mantenimiento de dichos centros. Por otro lado, se han impartido formaciones en Derechos Humanos dirigidas a padres y madres, a los técnicos municipales y a los docentes de los centros. Todo ello ha permitido mejorar la calidad educativa de 735 alumnos de 6 a 18 años, 391 de ellos mujeres.
Nuevos talentos y competencias
En cuanto a la promoción de la cultura e identidad local, la iniciativa ha puesto en marcha actividades de formación artística y cultural para los jóvenes, algo a lo que no tenían acceso anteriormente en sus comunidades, lo que ponía en riesgo la perpetuidad de sus propias tradiciones. Asimismo, se ha construido una Casa de la Cultura, un Centro de Capacitación Técnico de Innovación y Competencias y un polideportivo de manera que los jóvenes disponen de espacios acondicionados para la práctica de actividades socioeducativas y de ocio saludable como medio para prevenir la violencia juvenil.
El proyecto les ha permitido potenciar sus talentos artísticos y promover su participación activa en la vida cultural de sus comunidades. A su vez, los diferentes talleres de música, teatro, deporte, etc. han reforzado otras competencias, tales como la disciplina, el esfuerzo o el trabajo en equipo.
Sus nuevas motivaciones y su recién adquirida conciencia de la cultura como agente de desarrollo local, generan un ambiente favorable para promover el aprendizaje y el valor del esfuerzo para conseguir las herramientas necesarias que les permitan afrontar su integración en el sector productivo.

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