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El Saloncito de Ross

LA LEYENDA DE LOS POROTOS BLANCOS

LA LEYENDA DE LOS POROTOS BLANCOS

Había una vez un hombre muy bueno, pero se sentía desdichado. Un día pensó que su infelicidad terminaría si vendía su alma.

Para ello se concentró e invocó a Kitzin, que concurrió rápidamente a su encuentro.

-¿Para qué me invocas?- preguntó Kitzin.

- Quiero vender mi alma y pensé que estarías interesado en tenerla- respondió el hombre.

Por supuesto que Kitzin estaba interesado en quedarse con el alma de un hombre bueno y le dijo:- ¿Qué quieres a cambio de tu alma?

-Te haré siete pedidos. Uno por cada día de la semana.

-Concedido- respondió Kitzin- pídeme lo que quieras.

El primer día, el hombre pidió dinero. Inmediatamente sus bolsillos se llenaron de monedas de oro.

El segundo, pidió buena salud y pronto se sintió fuerte como un buey.

El tercer día exigió comida. Y su mesa se cubrió de los más exquisitos manjares que degustó hasta hartarse.

El cuarto día, pidió mujeres. Al instante se vio rodeado de las más bellas mujeres que jamás había visto.

El quinto día pidió poder. Y vivió como el más importante de los caciques.

El sexto día deseó viajar a tierras lejanas y en un instante fue trasladado a los lugares más exóticos y pintorescos del mundo.

Kitzin le dijo- Piensa bien lo que quieres, pues te queda un solo deseo por cumplir y tu alma será mía.

El hombre respondió: solo quiero que laves esos porotos negros hasta que se vuelvan blancos.

Kitzin se rió a carcajadas ya que ese pedido era muy fácil. Kitzin se puso a lavar los porotos pero no había manera de que cambiaran de color.

Pronto Kitzin se dio cuenta que había caído en una trampa y había perdido un alma.

Entonces Kitzn dijo: Esto no debe volver a ocurrir. A partir de ahora habrá porotos negros, blancos, amarillos y rojos.

 

 

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