La foto es de Médicos Sin Fronteras
Con motivo del Día mundial contra esta enfermedad, que se celebró el 25 de abril, Médicos Sin Fronteras quiere recordar a la comunidad internacional que la malaria sigue castigando a los países en desarrollo, a pesar de que existen mejoras en el tratamiento y una prueba de diagnóstico rápido.
Médicos Sin Fronteras (MSF) considera inaceptable que la tragedia de la malaria siga castigando a los países en desarrollo cuando existe un test de diagnóstico rápido (TDR) y un tratamiento efectivo. “Hoy en día disponemos de un tratamiento, las llamadas terapias combinadas con artemisinina (ACT, por sus siglas en inglés), que está siendo muy efectivo para combatir la malaria. Actúa rápidamente y tiene pocos efectos secundarios. De hecho, la OMS, junto con 41 países africanos, ha cambiado sus directrices para aconsejar el uso de las ACT”, explica Manuel Pece, referente médico de la organización.
Actualmente existen además pruebas de diagnóstico fiables, fáciles de usar y que requieren solamente una gota de sangre para obtener el resultado en 15 minutos. El año pasado, MSF pudo diagnosticar y tratar con éxito a más de un millón de pacientes de malaria en 30 países. En uno de ellos, Burundi, la organización trabaja actualmente con las autoridades sanitarias del país para afrontar una emergencia de malaria en tres provincias y donde ya se han diagnosticado y tratado a unos 60.000 pacientes.
En muchos países en desarrollo donde la malaria es endémica, los pacientes que presentan fiebre son muchas veces tratados médicamente como si tuvieran malaria, sin haber confirmado su diagnóstico. Esto puede llevar a que se prescriban de forma innecesaria las ACT y puede también tener consecuencias graves para los pacientes, ya que no recibirán la medicación necesaria para su enfermedad. El uso sistemático del TDR, como recomienda la OMS, puede reducir los riesgos.
“Deben ponerse al alcance de la población herramientas de prevención como mosquiteras impregnadas con insecticida. Además, deben implementarse el TDR y tratamiento a una escala mucho mayor. En contextos de pobreza generalizada, esto significa que los servicios de salud sean gratuitos para los pacientes. Nuestra experiencia en países como Mali o Sierra Leona ha demostrado que el acceso gratuito a servicios de salud integrales puede triplicar el número de pacientes tratados con éxito. Y lo que es más importante, el número de muertes relacionadas con la malaria puede disminuir de forma significativa”, afirma Pece.
“La celebración del Día mundial de la lucha contra la malaria, el 25 de abril, ha sido de suma importancia este año, ya que 2010 debe ser un año de oportunidades para reducir el enorme número de muertes que provoca esta enfermedad. En septiembre, los gobiernos del mundo revisarán el progreso que se ha hecho para alcanzar los Objetivos del Milenio y el objetivo para 2015 en malaria y otras enfermedades como el VIH/sida y tuberculosis es reducir a la mitad el número de pacientes afectados con estas enfermedades. Los mayores donantes también decidirán este año cuánto van a destinar al Fondo Global, un fondo común de países donantes para luchar contra la malaria, el VIH/SIDA y la tuberculosis”, destaca Pece.
Las herramientas necesarias para luchar contra la malaria se han desarrollado y deben usarse e implementarse. Muchos países propensos a sufrir malaria han progresado en su lucha contra esta enfermedad en los últimos años, apoyados por los fondos que vienen principalmente del Fondo Global. Sin embargo, en muchos países la respuesta sigue siendo insuficiente. Por ello, MSF opina que los países desarrollados deben estar comprometidos de forma continuada apoyando a países en desarrollo, y esto incluye aumentar sus contribuciones para el Fondo Global.
“Los compromisos hechos a través de los Objetivos del Milenio dieron a mucha gente en los países en desarrollo la esperanza de que las muertes innecesarias, debido a enfermedades que se pueden prevenir y tratar, ya no se considerarían aceptables. Existía la esperanza de que ya no sería habitual que muriesen personas porque no podían acceder al tratamiento y estas esperanzas podrían hacerse realidad si el mundo reacciona a la emergencia que supone la malaria y otras necesidades médicas graves en el mundo en desarrollo”, concluye el referente médico de la organización.
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