REVUELTA EN HONDURAS
Fuente: Informativos telecinco
El vicepresidente del Parlamento de Honduras, Ramón Velázquez, ha salido ileso del intento de agresión que ha sufrido cuando abandonaba el Congreso. Los autores del incidente, defensores del depuesto Manuel Zelaya, le han tirado agua y le han propinado varios golpes hasta que un grupo de ciudadanos ha logrado ponerle a salvo. La última manifestación de los partidarios de Zelaya ha acabado con 41 personas detenidas y nuevos disturbios. El presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, ha dicho que las acciones violentas registradas en los últimos días por parte de seguidores del depuesto gobernante Manuel Zelaya no son contra su Gobierno, sino contra la población.
El vicepresidente del Parlamento hondureño, Ramón Velázquez, es rescatado al salir ileso frente a la sede del Parlamento en Tegucigalpa.
El portavoz de la Policía, Orlin Cerrato, ha declarado a la prensa que el incidente ocurrió cuando los manifestantes llegaron al centro de Tegucigalpa y causaron algunos destrozos en edificios públicos y privados.
El mismo Velázquez, del Partido Democracia Cristiana de Honduras (PDCH), minimizó el hecho y dijo que "solamente me golpearon de palabra y con agua". Agregó que el incidente se registró cuando él cruzaba la calle frente al Parlamento, hacia el Banco Central, que queda a un costado del poder legislativo.
"En ese momento venían los manifestantes, algunos me increparon, me lanzaron agua, se produjo una confusión, pero no ha pasado nada más, son gajes del oficio", expresó Velázquez.
Indicó que algunas personas están diciendo que recibió "una paliza en el piso", pero que eso se debe a una confusión, porque él "se sentó en una acera", y que luego había manifestantes y policías que le estaban protegiendo.
Cerrato había indicado antes que Velázquez salió del Parlamento "para dialogar" con los seguidores de Zelaya, que "hubo un tipo de fricción", que varios manifestantes lo agredieron a golpes y que "afortunadamente salió ileso y está fuera de peligro".
La protesta del martes finalizó con el incendio de un autobús, un restaurante de comidas rápidas y la detención de más de 40 manifestantes, por lo que el Gobierno de Micheletti decretó un nuevo toque de queda en la capital. EPF
0 comentarios