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El Saloncito de Ross

El 82% de las personas que atendemos en Cruz Roja vive por debajo del umbral de la pobreza .

El 82% de las personas que atendemos en Cruz Roja vive por debajo del umbral de la pobreza .

Fuente: Cruz Roja Española



 

El 82% de las personas que atendemos vive por debajo del umbral de la pobreza (renta menor de 627,78 euros al mes) y la tasa de paro es del 64,86 %. El 50% de las personas desempleadas atendidas por la organización lleva más de dos años en paro y el 51% carece de cobertura de desempleo o rentas mínimas. Estos son algunos de los datos que se extraen del Boletín sobre la Vulnerabilidad Social presentado el pasado miércoles por Cruz Roja Española en Madrid, que mide el impacto de la crisis en la población atendida por la organización.

Ante este contexto, hacemos un llamamiento para ampliar la atención social que ya realizábamos con personas en dificultad social, para llegar a 300.000 personas más que se encuentran en situación de 'extrema vulnerabilidad'.

Según Antoni Bruel, coordinador general de Cruz Roja, 'el objetivo concreto del llamamiento es el de incrementar la atención de Cruz Roja hacia colectivos en situación de extrema vulnerabilidad como familias con todos sus miembros en paro; niños que viven en hogares pobres; personas mayores con responsabilidad o cargas familiares; personas paradas de larga duración; personas sin hogar; o jóvenes en paro'.

Se trata de ayudas de primera necesidad en ámbitos en los que la población está recortando gastos para poder llegar a fin de mes. Las situaciones de privación material (nutrición inadecuada, pobreza energética, incapacidad de hacer frente a imprevistos) afectan a una parte importante de la población que atendemos.

Los datos que apunta el Boletín indican una fragilización en el día a día de las personas, en las cosas más 'básicas'. Aumenta la pobreza energética (43,2% de las personas no puede poner la calefacción en invierno); y el 26,2% no puede permitirse una comida con proteínas 3 veces por semana.

Todas estas cifras visibilizan una nueva realidad económica: en los dos últimos años, el impacto de la crisis socioeconómica ha hecho que muchas personas que hasta hace poco se encontraban en contextos socioeconómicos seguros, hayan entrado a formar parte de los colectivos atendidos por la organización humanitaria. El crecimiento del desempleo y la desigualdad social, así como los índices de desprotección generan una profunda preocupación a la Institución Humanitaria, que destaca el aumento de la vulnerabilidad en importantes capas de la población y los riesgos de fractura social que conlleva.

Más allá de las cifras hay personas, familias, niños, jóvenes, mayores…que atraviesan situaciones muy difíciles y a las que conocemos de cerca e intentamos dar respuesta gracias al compromiso cotidiano de más de 200.000 personas voluntarias que forman parte de la Institución. La necesidad de incrementar nuestra respuesta frente a la crisis requiere un esfuerzo adicional en la contribución de entidades públicas y privadas, de socios y donantes. 
Nos vemos,

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