A MIS MUERTOS
Qué quietos están los muertos
con sus mortajas de paño
amarrados bajo el suelo
Qué frías las manos llevan´
Qué vacío tan extraño
en la hondura de sus ojos
Como agarran con sus garfios
los muertos de vida eterna
es como si arrancar quisiesen,
del placer, la vida misma.
Si el muerto enviar pensase,
flores a la tumba ajena
rosas tan solo enviara de palabras
¡Aquí espera!
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